viernes, 11 de noviembre de 2016

Capítulo 8.- Forajidos y Modificadores (153).- Barbas verdes y axilas (11)

     El efecto barba verde puede ser inverosímil, pero es instructivo. El estudioso de la selección de parentesco que primero entiende el efecto barba verde hipotético y luego se aproxima a la teoría de la selección de parentesco en términos de sus similitudes y diferencias con la 'teoría de la barba verde', es poco probable que caiga preso de las muchas oportunidades tentadoras de error que ofrece la teoría de selección de parentesco (Dawkins 1979a). La maestría del modelo barba verde le convencerá de que el altruismo hacia parientes no es un fin en sí mismo, algo que se espera misteriosamente que los animales practiquen de acuerdo con algunos inteligentes matemáticas que los investigadores de campo no entienden. Más bien, el parentesco proporciona sólo una manera en la que los genes pueden comportarse como si reconocieran y favorecieran copias de sí mismos en otros individuos. El propio Hamilton es enfático en este punto: '... el parentesco debe considerarse sólo una manera de conseguir regresión positiva del genotipo en el receptor, y ... es esta regresión positiva la que es una necesidad vital para el altruismo. Así, el concepto de la aptitud inclusiva es más general que "la selección de parentesco"' (Hamilton 1975a, Pág. 140-141).


     Hamilton 
aquí  está usando lo que describió anteriormente como 'el significado extendido de la aptitud inclusiva' (Hamilton 1964b, Pág. 25). El significado convencional de la aptitud inclusiva, el significado sobre el cual el propio Hamilton basa sus matemáticas detalladas, es incapaz de manejar la barba verde y, de hecho, forajidos como los genes de impulso meiótico. Esto es debido a que está firmemente ligada a la idea del organismo individual como 'vehículo' o 'entidad maximizadora'. Los genes forajidos exigen ser tratados como egoístas maximizando entidades por derecho propio, y constituyen una fuerte arma en el caso contra el paradigma del 'organismo egoísta'. En ningún lugar está esto mejor explicado que en las propias extensiones ingeniosas de Hamilton sobre la teoría de la proporción de sexos de Fisher (Hamilton 1967).

     El experimento mental de la barba verde es también instructivo de otras maneras. Cualquiera que piense en los genes como 
entidades moleculares al pie de la letra está en peligro de ser engañado por pasajes como '¿Qué es el gen egoísta? No es sólo un único fragmento físico de ADN ... Son todas las réplicas de un fragmento particular de ADN distribuidas por todo el mundo ... una agencia distribuida, existente en muchos individuos diferentes a la vez... un gen que podría ser capaz de ayudar a las réplicas de sí mismo que están asentadas en otros cuerpos'. El conjunto de la teoría de la selección de parentesco descansa en esa premisa general,{154} y sin embargo sería místico y erróneo pensar que los genes ayudan a copias de sí mismos porque esas copias son moléculas idénticas a sí mismas. Un experimento mental de la barba verde ayuda a explicar esto. Los chimpancés y los gorilas son tan similares que un gen en una especie puede ser físicamente idéntico en sus detalles moleculares a un gen en la otra. ¿Es esta identidad molecular una razón suficiente para esperar una selección a favor de los genes en una especie que 'reconozca' copias de sí mismos en otras especies, y tenderles una mano? La respuesta es no, aunque una aplicación ingenua del razonamiento del 'gen egoísta' a nivel molecular podría llevarnos a pensar lo contrario.

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