viernes, 24 de marzo de 2017

Capítulo 9.- ADN Egoísta, Genes Saltarines, y un Susto Lamarckista (172)

     Cojamos el ejemplo tan trillado en las aulas, el cuello de la jirafa, discutiéndolo primero en términos darwinianos convencionales. Una mutación para alargar el cuello ancestral podría operar en, digamos, las vértebras, pero a un un observador ingenuo le parece demasiado esperar que la misma mutación vaya a alargar simultáneamente las arterias, venas, nervios, etc. En realidad, el que sea demasiado esperar depende de detalles de la embriología de los que debemos aprender a ser más conscientes: una mutación que actúa suficientemente temprano en el desarrollo podría fàcilmente tener todos esos efectos en paralelo al mismo tiempo. Sin embargo, vamos a seguir con el argumento. El siguiente paso consiste en decir que es difícil {172} imaginar una jirafa mutante con vértebras alargadas siendo capaz de explotar su ventaja en ramonear las copas de los árboles, ya que sus nervios, vasos sanguíneos, etc. son demasiado cortos para su cuello. La selección darwiniana convencional, ingenuamente entendida, tiene que esperar a que un individuo tenga la suerte de combinar todas las mutaciones necesarias coadaptadas simultáneamente. Aquí es donde la selección clonal podría venir al rescate. Una mutación importante, pongamos que el alargamiento de las vértebras, establece las condiciones en el cuello que seleccionen los clones de células que puedan prosperar en ese entorno. Tal vez las vértebras alargadas proporcionan un entorno sobrecargado, muy nervioso y tenso en el cuello, en el que sólo prosperan las células alargadas. Si hay variación genética entre las células, los genes 'para' células alargadas sobreviven y se transmiten a las crías de jirafa. He puesto la cuestión en broma, pero una versión más sofisticada de ella podría, supongo, seguirse desde la teoría de la selección clonal.

     Dije que iba a volver a Weismann en esta cuestión, pues él también vio la utilidad de la selección dentro del cuerpo como una solución al problema de la coadaptación. Weismann pensaba que la
'intra-selección' -la lucha selectiva entre las partes dentro del organismo- 'aseguraría que todas las partes en el interior del organismo tuvieran las mejores proporciones mutuas' (Ridley 1982). 'Si no me equivoco, el fenómeno que Darwin llamó correlación, y justamente considerado como un factor importante en la evolución, es en su mayor parte un efecto de la intra-selección' (Weismann, citado en Ridley). Como ya se ha dicho, Weismann, a diferencia de Roux, no iba a invocar la herencia directa de las variedades intra-seleccionadas. Más bien, '... en cada individuo separado la necesaria adaptación se conseguiría temporalmente por intra-selección ... Así se ganaría tiempo hasta que, en el curso de las generaciones, por constante selección de esos gérmenes constituyentes primarios que mejor se adecuaran entre sí, se alcanzaría el mayor grado posible de armonía'. Creo que me parece más plausible la versión de la teoría del 'Efecto Baldwin' de Weismann  que la versión lamarckiana, y una explicación igual de satisfactoria de la coadaptación.

     Usé la palabra 'susto' en el título de esta sección, y fui tan lejos como para decir que un verdadero renacimiento del lamarckismo devastaría mi visión del mundo. Sin embargo, ahora el lector puede advertir que la declaración era hueca, como la de un hombre que amenaza de manera espectacular con comerse el sombrero, a sabiendas de que su sombrero está hecho de agradable papel de arroz. Un lamarckista fanático puede quejarse de que el último recurso de un darwinista, habiendo fallado en desacreditar los torpes resultados experimentales, es reclamarlos para sí; para hacer su propia teoría tan resistente que no haya resultado experimental que pudiera falsarla. Soy sensible a estas críticas, y tengo que responderlas. Debo mostrar que el sombrero que amenacé en comerme es realmente duro y desagradable. Así que, si el tipo de lamarckismo de Steele es realmente darwinismo disfrazado, ¿qué tipo de lamarckismo no lo sería?

No hay comentarios:

Publicar un comentario